Cuando hablamos de Biorritmos nos referimos a una teoría que sostiene que el cuerpo humano está ligado a ciclos biológicos que influyen en su rendimiento físico, emocional e intelectual. Estos ciclos siguen patrones predecibles y constantes. Son variables fisiológicas en un cierto intervalo de tiempo, que dependen de un reloj interno y de diferentes estímulos externos o ambientales que intervienen en su sincronización. Su utilidad radica en que, si los conocemos, podemos llegar a entender pautas de comportamiento y fluctuaciones emocionales, podemos planificar nuestras jornadas y rutinas de acuerdo a lo que más nos convenga según el momento del día, del mes, de la temporada… En el universo todo es cíclico y en nuestro cuerpo también. Nuestros órganos y sistemas están sujetos a diferentes fases que varían de acuerdo a diferentes factores inductores.
Marisa Píttaro NATUROPATA 👩🔬 (@clavenatural7) • Fotos y videos de Instagram: Conoce tus biorritmos y utilízalos a tu favor!Por ejemplo, durante ciertos períodos, una persona puede experimentar mayor cansancio o ser menos efectiva en actividades físicas que requieran cierto esfuerzo. De igual manera en ciertas fases de tiempo se puede sentir mayor irritabilidad o sensibilidad emocional, o estar más predispuesto a ser pragmático y objetivo.
Pero no sólo en éste ámbito notamos la influencia de los ritmos biológicos. Como dije antes, nuestros órganos y sistemas, nuestro metabolismo y fisiología están sujetos a una coherencia en su acción y funcionamiento.
La Cronobiología es la ciencia que estudia las funciones de forma cíclica asociada a diferentes ritmos a lo largo del día. Cada vez contamos con más literatura científica que avala esta teoría. Sin ir más lejos en el año 2017 se otorgó el premio Nobel a tres científicos, Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young, por descubrir que “la acumulación de una proteína dentro de nuestra célula regula diferentes procesos moleculares”.
Esto aplica a nivel hormonal, digestivo, inmune, nervioso, endocrino, emocional, etc. Y encontramos la explicación en nuestra bioquímica fisiológica. Para lograr comprenderlo es menester organizar la información:
- Alrededor de las 6:00 am el páncreas libera insulina y bajan los niveles de glucosa. El sistema nervioso se adapta liberando cortisol, adrenalina, noradrenalina y dopamina. Este mecanismo fisiológico hace que nos despertemos, nos predispone a buscar alimentos, estamos con más foco y energía.
Si pensamos en nuestros ancestros, podemos ver cómo ellos se despertaban a la salida del sol y se disponían a salir a cazar o recolectar para poder alimentarse. No disponían de reservas para desayunar inmediatamente después de despertar. Lo mismo sucede con nosotros en nuestro tiempo, no estamos diseñados para ingerir alimentos sólidos y elaborados en ese momento.
Nuestro cuerpo esta con el sistema nervioso simpático (el de huir o pelear) predominando, lo que impedirá hacer frente a una digestión adecuada. Con el cortisol elevado lo más conveniente es ponernos en acción para equilibrarlo y reducirlo. El cortisol, llamado “hormona del estrés”, es necesario en este momento para ayudarnos a enfrentar el día, es la ocasión perfecta de exponernos al sol para que nuestros ojos envíen ese mensaje al hipotálamo de que es de día y hay que accionar. Es el momento de hacer un poco de ejercicio suave, unos estiramientos, una caminata. Es hora de empezar a planificar el día aprovechando esa dopamina que se ha liberado y que nos brinda foco y buena actitud.
- Cuando nos acercamos a las 7:00 am la presión arterial aumenta con el propósito de concluir la actividad del sist. nervioso parasimpático (el del descanso y disfrute) y la glándula pineal acaba con su producción y liberación de melatonina.
- Sobre la 8:00 am comienzan los movimientos intestinales que estaban suprimidos durante la noche con la finalidad de no interrumpir el descanso. Es el momento de evacuar los residuos del metabolismo.
- A partir de la 9:00 am se produce un pico en la liberación de testosterona, hay mayor actividad simpática. Esto nos indica que es buena ocasión de hacer ejercicios de fuerza o resistencia para aumentar la eficiencia de ese aumento de testosterona y sacarle mayor beneficio si estamos buscando recuperar nuestro peso, rendir físicamente o entrenar. También es el lapso de tiempo adecuado para trabajar, planificar, comunicarse asertivamente, ya que con el aumento de la acción del Simpático se incrementa nuestra capacidad cognitiva y coordinación motora. Esto nos dura hasta llegado el mediodía, cerca de la 01:00 pm.
- Entre la 01:00 pm y las 04:00 pm el sist. nervioso Parasimpático empieza a tomar el relevo al Simpático liberando ácidos gástricos, ácido clorhídrico, ácidos biliares, aumenta la motilidad intestinal y disminuye nuestra capacidad de reacción, lo que nos indica que nuestro organismo está preparado para ingerir alimentos. Es el momento idóneo de parar. Entrar en coherencia con nuestros procesos naturales. Aprovechar para relajarnos y estar atentos al momento presente, siendo conscientes de lo que comemos, su preparación, lo que nos rodea y disfrutarlo. Es preciso dejar de lado el trabajo, las malas noticias, las compañías incómodas. Estamos ante el lapso del día en el reponemos combustible. Prestar atención no sólo a lo que ingerimos sino también de qué manera lo hacemos. Tanto el alimento como las sensaciones son información de la que se nutrirán nuestras células.
- Llegadas las 04:00 pm vuelve a haber una exaltación del sist. nervioso Simpático, esto durará una 3 o 4 horas más. Entramos en otro período de eficiencia cardiovascular y muscular. La presión arterial aumenta y también hay una subida de la temperatura corporal. Por eso tiene sentido que cuando tenemos procesos febriles se vean exacerbados al caer la tarde.
Cerca de las 08:00 pm empieza a producirse un equilibrio entre los sist. Nerviosos Simpático y Parasimpático. Experimentamos mayor relax muscular, desciende nuestra actividad cognitiva y comenzamos a segregar serotonina. Esta hormona es la que nos permite un tipo de placeres más relajados, más en paz con nosotros mismos, más sensuales… Sí, hasta la sexualidad se ve influenciada por nuestros biorritmos. Por la mañana, con el cortisol y la dopamina prevaleciendo, los contactos son más explosivos y menos románticos que por la noche. Es buen momento para compartir actividades lúdicas, descansar, socializar…
La glándula pineal, que por la mañana se retira a descansar gracias al mensaje de nuestro hipotálamo al recibir luz, comienza a segregar melatonina y se suprime el movimiento intestinal y la sensación de sed. Hay un aumento en la dopamina que nos induce a la relajación y no es de extrañar que sea el momento del día en el que afloran pensamientos subconscientes que estimulan nuestro lado más emocional y sensible.
Es posible que recordemos momentos que han dejado cicatrices, que necesitan ser sanados… pero es menester tomar consciencia de esto para no caer en un insomnio por darle vueltas a la cabeza. Entendamos que es un proceso fisiológico natural, observemos cómo se desarrolla y soltémoslo para dejarnos abrazar por un sueño profundo. De lo contrario estaremos abonando el terreno para obsesiones, comportamientos compulsivos e incluso depresiones…
Pensemos que alrededor de las 02:00 am es cuando disfrutamos del sueño más profundo, es la fase REM, donde se produce la reconexión neuronal, donde tenemos sueños vívidos, donde segregamos nuestra hormona del crecimiento reparadora de tejidos y funciones. Nuestro cuerpo por la noche se dedica a asimilar el día anterior. Las experiencias y los pensamientos serán procesados para guardar memorias y lo mismo sucede con los alimentos, serán metabolizados por nuestro organismo para dirigirse a cada rincón donde los nutrientes cumplan su función…
Es adecuado y trascendental hacernos con nuestro propio ritual del descanso, para que éste sea el adecuado y reparador. No basta con ir a dormir y apagar la luz. Nuestro descanso restaurador lo preparamos desde la mañana anterior y durante todo el día. Pero esto es tema para otro artículo…
Ahora es importante que entendamos las consecuencias a las que nos exponemos cuando vamos a contracorriente con nuestro ritmo fisiológico natural, por comer a cualquier hora, por levantarnos e irnos a dormir muy tarde, por no exponernos a la luz solar, etc.
Los efectos resultantes abarcan:
- Desarreglos hormonales: por nuestro estilo de vida pro inflamatorio, las suprarrenales no dejan de emitir cortisol. Esto mantiene a nuestro organismo en estado de alerta, impidiendo funciones tales como la digestión correcta y la liberación de otras hormonas necesarias para una relajación óptima. Este cortisol liberado en forma constante, va a impedir que bajemos de peso ,ya que es neoglucogénico, es decir, eleva el nivel de glucosa en sangre, hace que perdamos masa muscular al transformar los aminoácidos en glucosa, impide generar masa muscular, inmunodeprime, nos predispone a una inflamación crónica de bajo grado que es la madre de multitud de disfunciones tales como hipertensión, altos niveles de colesterol y triglicéridos, síndrome metabólico, inmunodepresión, resistencia a la insulina…
- No vamos a producir y liberar melatonina, lo que lleva a desórdenes del sueño y la inexistencia de la reparación de nuestros tejidos, órganos y sistemas. Esto también influye en la regulación de nuestras hormonas sexuales, testosterona, estrógenos y progesterona, que sufrirán un desequilibrio que puede llevar a amenorreas, infertilidad, etc…
- Nos predispone a la obesidad, por la bajada de nuestra tasa metabólica basal, la tiroides trabajando desregulada y la ralentización del metabolismo.
- Reporta trastornos emocionales y ausencia de energía y creatividad. Si no estamos en coherencia con nuestros biorritmos y hemos conseguido un gran desequilibrio a nivel hormonal, no disponemos de la energía necesaria para responder a nuestros requerimientos cotidianos. Ante esta situación aparecen los sentimientos de culpa, la ansiedad por querer y no poder, las mil vueltas a pensamientos tóxicos…
Es importante estar informados de nuestros biorritmos, estar en coherencia con ellos y establecer recursos que restablezcan nuestro equilibrio. También esto es para otro artículo…
Cada vez existen más estudios con base científica que corroboran el grado de valor y la influencia de nuestros ritmos biológicos.
Es primordial conocerlos y monitorearlos para acceder a la toma de mejores decisiones y tener el control de nuestra vida.